viernes, 6 de enero de 2012

Con viento sur



El Taller Forma y Sonido (Facultad de Artes-UR), coordinado por Lukas Kühne y Fabrice Lengronne, presentó el 13 de diciembre pasado su proyecto Peatonalidad montevideana. Mientras lo permitió la lluvia, un dispositivo sonoro recorrió los poco más de dos mil metros que distan de la Puerta de la Ciudadela hasta el final de la escollera Sarandí.

El mínimo equipamiento lo integran un carrito que transporta un parlante, un amplificador alimentado por la batería de un auto, y un pequeño reproductor de audio digital.

Desde allí, en un crescendo de pianissimo a forte, que luego decrece, surgían los parciales incisivos y grumosos, generados por una especie de flauta imaginaria de dimensiones idénticas al recorrido; la que debiera figurar en las guías de instrumentos improbables y en los foros de organología fantástica.

No ha sido posible aun determinar la naturaleza del instrumento.
El primer inconveniente es clasificar su
embocadura,
anteriormente entendida como una entrada de
ciudadela del siglo XVIII.


Los sonidos, realizados por medios electrónicos, mantienen estricta correspondencia con la proporción existente entre las calles perpendiculares a Sarandí. Durante casi una hora de recorrido, se escuchó el sonido correspondiente a cada cruce, una escala descendente de dieciocho alturas, desde Bacacay, hasta Río de la Plata adentro.

En algunos cruces llenó el fondo auditivo, convirtiéndose por segundos en plena figura perceptiva. Sin embargo la intervención conduce, al mismo tiempo, al interés por la audición del material sonoro preexistente en el lugar. Las marcas sonoras se compusieron junto a la instalación marchante y las personas que pasaban por allí: sus pasos, la caída de agua de una fuente, la lluvia, las voces y músicas de los comercios, y finalmente el viento, las olas, su choque en la escollera, y motores de barco y alarmas que llegaban suavemente del puerto.


El clima no acompañó, y como es de rigor en esos casos, tampoco el público. Nos acercamos a la performance algunos concurrentes al Taller y al SOCO festival de música contemporánea, que se realizó en Uruguay durante esa semana. Allí estábamos, entre otros quienes conectaron con la propuesta por sorpresa o decisión, un martes lluvioso de diciembre, a las diez de la mañana.

Fue un buen momento.


uno


dos


tres


cuatro


cinco

seis

siete


ocho